Os dejo una imagen del análisis de la parcela a la hora de plantear la actuación. Siento la inactividad del blog, pero la entrega del pfc me deja poco margen de maniobra. Adjunto también un texto que complementa mis primeras intuiciones proyectuales y que han derivado en la propuesta que estos días mostraré. Un saludo!
"La necesidad de un catalizador que implique a la ciudadanía en la preservación de este espacio verde de la ciudad, nos lleva a un análisis profundo de la idiosincracia del torrente partiendo desde el extremo más deteriorado, el que se encuentra en la desembocadura. Este espacio se encuentra condicionado por la presión que ejerce el elemento urbano consolidado. Sin embargo, entre las discontinuidades existentes observamos una parcela infrautilizada en el margen derecho del río que está descontextualizada respecto a este ámbito por su hermetismo. Desde el documento de aprobación inicial del PGOU (ver memoria) se insta a su reinserción en la trama urbana. Este proyecto trata de aprovechar este espacio como punto de inicio para catalizar la integración torrente-ciudadano a nivel municipal, y, de paso, la recuperación de la relación parcela-vecino a nivel local de dicho espacio público.
El catalizador como tal no implica una acción invasiva sobre los elementos preexistentes, muchos de los cuales necesitan una actualización como el muro de contención (pensado y ejecutado con las necesidades y posibilidades del siglo XIX, y que procede ser sustituido por un elemento que sea capaz de responder con mayor atino a las condiciones actuales), la comisaría de policía (por dificultad de acceso y por la creciente población que tiene a su cargo), el colegio o el paseo marítimo, pero que necesitarían un proyecto completo y complejo para cada caso, que será exigido por la propia evolución de la zona y que obtendrá una mejor respuesta tras esta primera actuación. Respecto a la actuación, el proyecto trata de introducir dos escalas de trabajo según su vocación de permanencia:
> La primera desde el punto de vista de la adecuación infraestructural de la parcela como espacio libre útil del barrio, que se relaciona con el torrente y evoluciona coordinadamente con las parcelas medianeras con una dotación suficiente y con margen de mejora si la demanda lo exige. Para ello, la medianera autoportante y con las cualidades mínimas exigidas pasa a convertirse en una medianera técnica, que recorre toda la parcela para controlar la actividad que rodea a dicha medianera y dar un amplio margen de maniobra a la reconversión futura de la parcela en un elemento activo de este entramado urbano. La relación con el torrente se reactiva mediante una topografía artificial pero plenamente degradable con el tiempo, mediante un material de bajo coste (palés de madera con la medida standard europea 1,2 x 0,8 m). Esta nueva topografía limita la acción del muro de contención como punto de ruptura ciudad-torrente y capacita al viandante para un recorrido en relación. La nueva topografía se prevee con una construcción a largo plazo en la que la protección que proporciona el palé sirva para un asentamiento del terreno hasta acabar sustituyéndolo. En este plazo, dicha topografía será modificable por los propios usuarios para adecuarse a sus actividades. En el interior del cauce del torrente, así mismo, vuelve a aparecer una topografía de palés que conlleven la posibilidad de que el ciudadano cuente con un espacio con una fisiología distinta que le permita realizar ciertas actividades en este nuevo espacio libre urbano.
> La segunda parte del proyecto tiene una vocación más efímera. Se trata de un elemento de activación ciudadana con carácter temporal, en el que tengan lugar las actividades de un grupo social (ya sea de iniciativa pública o concertada), que implique a la población en ambas escalas del proyecto. Se trata de un cuerpo que no sólo ha de tener una faz claramente funcional, sino también simbólica y atractiva, y que sea capaz de reconocer en un solo gesto la escala parcela y la escala torrente para una conjunción de influencias entre ambos proyectos. Este elemento temporal se apoya sobre la nueva topografía de palés en el interior de la parcela, dejando a su marcha una pequeña meseta donde instalar aquellas cuestiones demandadas por los usuarios, ya sea espacio de actuaciones al aire libre, mirador con bancos o kiosco-bar (las instalaciones, como comenté en el punto anterior, están sobredimensionadas a tal efecto y con margen de mejora). La materialidad del proyecto se apoya sobre una estructura de andamiaje según los stándares existentes y que permiten un montaje y desmontaje instantáneo. Esta estructura se define en tres cuerpos, uno central de dos alturas donde confluyen las actividades del grupo social con los vecinos, otro en el lateral más cercano a la medianera de tres alturas que es donde el grupo social tiene sus actividades propias, y un tercero de cuatro alturas (más otras dos de escalera colgada) que se descuelga sobre el cauce del torrente y que servirá como punto de exposición de las actividades realizadas, como acceso directo desde la parcela al torrente, y como punto de llamada de toda la actuación sobre la ciudad. Mantiene el proyecto, por tanto, dentro de este elemento temporal la repercusión local en los espacios internos de la parcela y la dimensión municipal en los espacios que trabajan en el cauce del torrente.
En esta escala, se refuerza la idea de sostenibilidad concebida a escala global en el anterior panel. El proyecto trata de incidir sobre el ecosistema urbano con una propuesta que libere las condiciones actuales del entramado urbano sin encorsetar en función de ideologías o gustos, sino derivándose de la propia actividad de los ciudadanos. No se atenta contra la integridad del torrente ni del resto de preexistencias. Sobre el terreno (con el periodo de regeneración más largo) no se produce ninguna incisión, se distancia permitiendo que su propio flujo acabe contextualizándose con la propuesta. Se produce una máxima atención y aprovechamiento sobre el soleamiento y la ventilación, con un diseño pormenorizado de la penetración de dichas cualidades en el interior. Se acortan plazos de montaje y desmontaje mediante sistemas simples (dando la posibilidad de apropiárselos para necesidades personales), reciclados o prefabricados, reduciendo costes y emisiones de CO2. Se convoca a la ciudadanía a descubrir y reactivar espacios que la desinformación y la falta de transparencia habían sumido en el desuso."
El catalizador se enuncia a sí mismo como elemento caduco desde su materialidad. Su implantación temporal no varía el significado ni las condiciones de los espacios aledaños puesto que tiene una vocación totalmente funcional en el proyecto de redefinición del torrente. De este modo, el espacio que se incluye en este catalizador sigue considerándose a todos los efectos como espacio exterior pese a algunas cualificaciones que el proyecto arrastra.
