miércoles, 20 de enero de 2010

UN ACERCAMIENTO DESDE LA BIOPOLÍTICA AL TERRITORIO (2)

Durante los dos últimos siglos la acción de la biopolítica ejercida desde el poder ha centrado su meta en el individuo: “…estableciendo el carácter de la subjetividad como producción, una segunda cuestión es que esta producción no está centrada en el individuo, sino que es el resultado de la composición de múltiples y heterogéneos vectores de subjetivación que atraviesan a estos…El individuo, como afirma Guattari, está en una posición de terminal respecto de los procesos que implican grupos humanos, conjuntos socio-económicos, máquinas informáticas, etc.” PÉREZ DE LAMA 2009. Por ello, la acción del poder sobre estas alteridades no-humanas se basó en el escarnio público y, mientras la acción biopolítica sí se planteó el condicionar mentalmente al individuo respecto a estas alteridades, descuidó los modos en que sufren el proceso estos elementos no-humanos.

UN ACERCAMIENTO DESDE LA BIOPOLÍTICA AL TERRITORIO (1)

“…Una vez desapareció mi comunidad, era imposible seguir como hasta entonces. De modo que me enfrenté a un dilema moral radical.
Lo más fácil hubiera sido subirme al tren del software propietario, firmar acuerdos de confidencialidad y prometer no ayudar a mis compañeros hackers. Es muy probable que ahora me dedicara a desarrollar software publicado con cláusulas de confidencialidad, presionando así a otros para traicionar a sus compañeros.
Podría haber ganado mucho dinero de esta forma, y quizás me hubiera divertido escribiendo código. Pero sabía que al final de mi carrera echaría la vista atrás y sólo habría contribuido a levantar muros para dividir a la gente, habría pasado toda mi vida convirtiendo este mundo en un lugar mucho peor.”
STALLMAN 2004

Este texto inicial es un extracto del libro “Software libre para una sociedad libre” donde Richard Stallman cuenta el origen del software libre ante la encrucijada moral a la que se vio sometido debido al enclaustramiento de los códigos a través del copyright por parte de las compañías.









Mi investigación se ha centrado en los dramáticos cambios territoriales que se están produciendo en la ciudad de Málaga, donde los acuíferos principales están siendo sepultados bajo toneladas de hormigón ante la impasible mirada de sus políticos. Sus políticos y sus ciudadanos, que en ningún momento se han pronunciado al respecto frente al desvalijo patrimonial que se está llevando a cabo excepto en pequeñas minorías. Teorías que analizan esa brecha entre el individuo contemporáneo y el territorio se han multiplicado, pero el objeto de este ensayo no es por qué el hombre contemporáneo siente ese desarraigo respecto a su entorno. La cuestión principal de este ensayo es el análisis del proceso que ha tenido lugar hasta llegar a este punto o por qué el hombre se ha desarraigado respecto a su entorno. Para ello nos servirá como base el cambio en los modos de gobierno ocurrido a finales del siglo XVIII y registrado entre otros por Foucault. A partir de este análisis trataremos de derivar la posibilidad de crear sistemas alternativos para la construcción de otras realidades (alteridades) fuera de los esquemas jerarquizados.

Este nuevo modo de gobierno está definido según Foucault por la introducción de la biopolítica como eje de las fuerzas opresivas: “…entendiendo por biopolítica el modo en que, desde el siglo XVII, la práctica gubernamental ha intentado racionalizar aquellos fenómenos planteados por un conjunto de seres vivos constituidos en población: problemas relativos a la salud, la higiene, la natalidad, la longevidad, las razas y otros.” FOUCAULT 1977, adjudicándole un papel principal tanto desde el punto de vista económico como político.

En “Vigilar y castigar”, Michael Foucault nos sitúa a mediados del siglo XVIII en la tortura y ejecución del regicida Robert-François Damiens. La descripción de la crueldad física del castigo al que se le condenó pondría los vellos de punta a cualquier sociedad contemporánea. El castigo físico y el espectáculo punitivo estaban a punto de pasar a mejor vida ante la nueva sociedad. El objeto de la penalidad se deriva del cuerpo al alma: “…a la expiación que causa estragos en el cuerpo debe suceder un castigo que actúe en profundidad sobre el corazón, el pensamiento, la voluntad, las disposiciones. Mably ha formulado el principio, de una vez para siempre: Que el castigo, si se me permite hablar así, caiga sobre el alma más que sobre el cuerpo.” FOUCAULT 1975 [1]. Es la forma que tiene el poder de cambiar su punto de aplicación a la hora de implantarse sobre la sociedad, de la limitación física a la limitación mental, de la imposición a la sugestión.

Para referirnos al territorio y las consecuencias que este modelo social tiene sobre él, primero tratamos de situar las posición desde la que me enfrento al territorio tomando la definición que Eduardo Serrano hace en el glosario de su tesis: “el territorio es un compuesto de un medio (substrato) y una población; ambos términos convencionalmente se tratan separadamente pero no pueden considerarse de un modo permanente como autónomos y en algún momento del estudio deberá recuperarse la relación entre ambos.” Esta definición nos aleja conceptualmente del territorio moderno que simplifica esta definición mediante la eliminación del individuo en la conformación de un territorio. Por lo tanto, es fácil adivinar que un cambio que implique a la sociedad tiene un efecto directo sobre el territorio puesto que la interacción social es inmanente a la estructura interna de cada territorio. Al ser la composición del territorio un proceso rizomático, la derivación que sufre la estructura poblacional se ve reflejada en un cambio progresivo en el medio, por lo que la fisonomía de este territorio también va a ser percutida por esas fuerzas invisibles de la acción biopolítica del poder: “…el territorio no se confunde nunca con el espacio al que se le confía la imposición de determinada conducta; la población, y es lo característico del territorio, es un agente activo en su devenir, existe apropiación y transformación del medio por parte de las poblaciones.” SERRANO 2002

Por lo tanto, la acción sobre el territorio y la pérdida de libertades en él están justificadas dentro de una lógica moral que se impone en la sociedad. La ciudad se avergüenza de sus congéneres a través de las medidas represivas o, incluso, las medidas positivistas, que seleccionan entre los propios individuos los moralmente adecuados y su derecho a prevalecer sobre los que salen de las normas sociales dominantes como se observa en los textos recogidos por Francisco Vázquez García[2]. Esta represión de alteridades se ve también reflejada en la redirección del punto de aplicación de los castigos que Foucault nos señala en Vigilar y Castigar: “…bajo el nombre de crímenes y delitos, se siguen juzgando efectivamente objetos jurídicos definidos por el Código, pero se juzga a la vez pasiones, instintos, anomalías, achaques, inadaptaciones, efectos de medio o de herencia; se castigan las agresiones, pero a través de ellas las agresividades; las violaciones, pero a la vez, las perversiones; los asesinatos que son también pulsiones y deseos…Porque son ellas, esas sombras detrás de los elementos de causa, las efectivamente juzgadas y castigadas.” FOUCAULT 1975. La ciudad contemporánea, en cuanto a territorio de los ciudadanos, es un reflejo de estos procesos de homogeneización gestionados a través de la subjetividad. Se observa la continua expulsión de aquellos elementos que por una cuestión u otra no forman parte de los criterios mercadotécnicos actuales: cementerios (la muerte deja de ser un proceso conocido y se convierte en un mecanismo gestionado desde el miedo), hospitales o manicomios (todas los individuos que no entran en los parámetros de normalización), y, más recientemente, la industria (la explotación del obrero ha de ser sumergida para no afectar a la economía). Un análisis rápido sobre las estructuras de las ciudades contemporáneas coincide al señalarnos cuáles espacios producen una brecha mayor en estas estructuras biopolíticas que hoy entendemos como ciudades. Estas alteridades son aquellos fenómenos espaciotemporales de la naturaleza que por su agresividad el poder no ha llegado a contener y convertirlos en espacios seguros y ciertos: desde la orografía de un terreno hasta la climatología. Estos espacios que durante muchos años fueron materia inequívoca de la estructura de las ciudades, se convierten en objeto demonizado a partir del siglo XVIII por ese carácter de territorio alternativo, esa anomalía interior de las ciudades.

El resto del territorio se sumerge y se somete ante esta nueva subjetividad que se convierte en un proceso continuo de control y limitación sobre el espacio urbano, donde el individuo participa a través de este temor hacia el espacio externo: “…el futuro no sólo desplaza como referente al pasado en cuanto a lo que legitimará la conducta actual; también determina la conducta a seguir para que tales amenazas no se actualicen como catástrofes: el progreso del individuo también es responsabilidad del mismo individuo. La subjetividad moderna es en parte efecto y causa de ello; y anuncia que el mismo individuo está fragmentado, que no puede ser el átomo último. El individuo también es territorio.” SERRANO 2003. Sólo esos espacios anómalos, no normalizados, quedan marginados respecto a la red de subjetivación instaurada, siendo objeto del suplicio suprimido en gran medida para los humanos.

Esta ruptura conceptual en las bases sobre las que se sustenta el ejercicio de poder, tiene su origen en el cambio de régimen gubernamental y social surgido en el siglo XVIII a partir del crecimiento de la burguesía. Por entonces, citando a Georges Teyssot comenta: “…lo social estaba partido en dos dominios. Por un lado el orden, que se manifestaba como lujo, mostrar con ostentación la riqueza, es decir, el espectáculo del poder; el espacio construido del orden se regía mediante las reglas de la arquitectura. En el otro dominio, al modo de un fondo informe de escenario, el caos social (y arquitectónico: edifices particuliers incontrolables desde los principios del arte) para lo que convenía la gestión del gobierno que se concretaba como policía.” SERRANO / TEYSSOT 2003. “Lo privado es, en estos momentos, lo propio de los sujetos privados de poder, de los súbditos.” SERRANO / BÉJAR 2003[3]. El espectáculo del poder del que habla Teyssot ofrece un claro paralelismo con el espectáculo del suplicio que nos narra Foucault, el ejercicio del poder se implementaba a través de la diferencia entre clases y de la exhibición de ese poder que se consideraba inamovible.

La aparición de la burguesía hace que en la sociedad se establezcan nuevos criterios en relación a la expresión de la individualidad, y si “a mediados del siglo XVIII surge lo público como ámbito desinhibido de los sentimientos”, será ahora lo privado lo que se sitúe como el único espacio para expresarse libremente, reprimiéndose la gestualidad y aumentando la “fetichización obsesiva de las apariencias” en lo público. SERRANO / BÉJAR 2003. Este aspecto se ve reforzado por el ascenso de otro ente ligado a la sociedad burguesa, el mercado. El mercado es el territorio donde la burguesía apoya su ascenso como estrato dominante, y es en su desarrollo y consolidación donde centra su energía de producción de subjetividad. El individuo ahora se analiza en cuanto a elemento potencial: dominado, dominante, productor, consumidor.

[1] En este texto el autor cita a Gabriel Bonnot de Mably, filósofo francés del siglo XVIII
[2] Francisco Vázquez recoge en su libro “El nacimiento de la biopolítica en España” refiriéndose a este periodo textos de la época como este sobre el encierro hospitalario: “Vaya al hospital el mendigo, el transeúnte, el hombre sin domicilio o él sólo, sin relaciones de familia, de sociedad, de corporación alguna (..), pero el artesano, el menestral y el vecino contribuyente y útil tienen otros derechos, (..) no le quiten el consuelo de su familia y de su casa; no le aumenten su mal, exponiéndole a nuevos peligros; no le añadan amargura a su aflicción atormentándole sus sentidos con la privación de lo que les es más grato y apreciable, y con aspectos de imágenes tristes y horrorosas; no le despojen de los derechos que le dan las leyes de la naturaleza y de la sociedad: socórrasele en su casa, donde tiene derecho a vivir y morir; y déjesele siquiera expirar entre su familia (..) El arrancar de su casa y de entre sus gentes a un hombre honrado y útil, que pertenece a una familia y tiene un domicilio por miserable que sea, y el conducirlo para curarle sus males a una casa común y pública, entregándole a sujetos extraños, no dará a la posteridad una idea ventajosa de las costumbres, la civilización y la filantropía de nuestro siglo.”
[3] En su artículo, Eduardo Serrano cita a Georges Teyssot y su obra “Public Space and the Phantom of Agora” de 2001, y a Helena Béjar y su escrito “El ámbito íntimo. Privacidad, individualismo y modernidad” de 1988

jueves, 14 de enero de 2010

Información completa del proyecto


Después de largo tiempo teniendo el blog parado, vuelvo a tratar de activarlo. Quiero incorporar toda esta información en otra plataforma mucho más dinámica para que sea mucho más transversal. Pero mientras esto ocurre, os mantendré informados por aquí, os completo la información del proyecto y os empezaré a linkear las nuevas cosas que estoy trabajando en torno al arroyo Jaboneros.

El proyecto que realicé para el proyecto fin de carrera os lo dejé con el planteamiento visual que lo componía, siendo un espacio abierto cuya principal objeto era la de recuperar espacios para el tejido social. Simplificando la cuestión el proyecto se centra en una escalera que comunica un territorio abandonado, la cuenca del arroyo en su paso por la ciudad, con un espacio intersticial de la ciudad que ha de ser demandado por la ciudadanía como la parcela en la que se sitúa el catalizador. El catalizador es simplemente el soporte que ha de poner en marcha esta bisagra, adaptándose a las necesidades de la población y tratando de romper las taxonomías existentes en el territorio ciudad.

Otro punto de referencia sobre el que se apoya este proyecto es la apertura de sus códigos para que pueda ser recuperado y reapropiado por aquellos que estén interesados. Por ello, separé la información exclusiva del proyecto de aquella más general para que los esquemas sean más simples para su nueva implementación, con A3 resúmenes como el que se muestra en la imagen superior donde se da la información básica de uniones, material necesario, modo de montaje, etc.

Os dejo el link donde podéis encontrar toda esta información de los diferentes planos técnicos: andamio central (info básica de estructura), andamios laterales (info de voladizos), piel interior (info de uso de policarbonato), piel exterior (info de uso de pieles metálicas), salubridad, electrotecnia y elementos especiales. Un saludo y muchas gracias por seguir atentos a este blog, espero que la temática que introduciré próximamente os seduzca.
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